En
muchas ocasiones el engaño tiene más lógica incluso que la verdad. Se puede plantear
una serie de situaciones o aportar datos de tal manera que nuestra razón
asiente sin ir más allá en el análisis de aquello que se nos presenta. Esto
hace el engaño mucho más efectivo, prácticamente infalible y si algo queda
patente en estos días es que en esta sociedad no hay mejores maestros del
engaño que los políticos. Aparecen con sus cifras, estadísticas, estudios y
sacan sus conclusiones totalmente dirigidas a sus intereses pasando por encima
de la realidad si es necesario.
En
su lectura de la vida cotidiana, tan lejos del quehacer diario en sus despachos
y comisiones, los gobernantes presentan una visión que uno no sabe si se
refiere a su país, a un futuro utópico o a tierras lejanas cuyas fantasías
llenan las mentes de los más necesitados de un cambio. Tal vez por esta razón,
me han indignado tanto las etiquetas como “presupuestos de la recuperación” o frases
tramposas como “los salarios no están
bajando sino que se están moderando” o “presupuestos netamente sociales” que
han lanzado en días recientes algunos ministros. Mientras, mucha gente continúa
en el paro, las condiciones laborales se hacen más precarias y los servicios
públicos básicos como educación y sanidad sufren un deterioro manifiesto. ¿Qué
recuperación es esta? Espero que en un futuro nos recuperemos pero ahora mismo
me parece temerario hablar de recuperación. Con unos pocos datos se nos quiere
convencer de una serie de conclusiones partidistas: la mejora es gracias a la
reforma laboral y a los recortes. Dudo mucho que sean la razón y si lo son
están tardando demasiado y lo que es peor están condicionando el resultado de
ésta. Así pues, ¿en qué condiciones quedarán los trabajadores cuando vuelvan al
mercado laboral? Salarios que han bajado bastante su poder adquisitivo,
impuestos más altos para obtener peores servicios y pagar una deuda que nos
lastrará durante años y cuya responsabilidad no ha sido juzgada en ningún
momento.
Esta
mañana ha llegado la guinda. El Sr.Rajoy responde a las quejas del Sr.Rubalcaba
respecto a la pérdida del derecho de atención médica de los emigrantes y al
copago de los medicamentos suministrados en los hospitales. La respuesta es la
típica de estos diálogos de besugos en que se han convertido las comparecencias
en las Cortes, donde no se argumenta nada y se acusa mucho, donde se habla del
tema que les interesa aunque no tenga nada que ver con el asunto en cuestión.
El Sr.Rajoy ha comenzado hablando del aumento de parados entre 2008 y 2011 y a
continuación ha justificado esas duras medidas por la necesidad de conseguir
esa “maravillosa” recuperación. Dentro de esta respuesta ha dicho que se han
conseguido disminuir desequilibrios. ¿De qué desequilibrios hablaba? ¿De la
balanza comercial? Desde luego no será el desequilibrio entre las rentas de los
ciudadanos ya que durante su gobierno ha quedado claro que su manejo de la
crisis ha llevado a los ricos a ser más acaudalados y a los pobres a ver más
comprometida su situación.
En definitiva esta defensa de su gestión, esa insistencia en la recuperación es otra mentira más que forma parte de esa maquinaria poderosa que
tiene como siniestro lema “Una mentira repetida mil veces se acepta como verdad”.
Tal vez sea la mentira más efectiva y ante la que nuestra propia visión de la realidad
nos ha de mantener alerta.