Las ejecuciones
llevadas por representantes del Ejército Islámico nos presentaron a un grupo
islamista radical y violento que fue desplazando a Al Qaeda en las portadas más
siniestras para mostrarse en sus diferentes y desgraciadas variantes:
secuestros y ejecuciones de periodistas, ataques de individuos en solitario
intentando causar el mayor número de víctimas, etc. Sin duda, una de sus
acciones más impactantes fue el ataque a la redacción de la publicación
humorística francesa Charlie Hebdo. A partir de este hecho, se ha elevado el
tono de alarma entre los gobernantes, que saben muy bien el poder que el miedo
ejerce sobre la población.
No es de recibo que sea
ahora cuando se sienta la urgencia de cambiar la legislación y extremar el
estado de alerta ya que, la existencia de estos grupos ya se conocía de hace
tiempo ¿es verdaderamente la necesidad de proteger a los ciudadanos lo que ha
llevado a la búsqueda de un pacto? ¿No se podía haber hecho antes?¿No será otra
maniobra para ganar popularidad ante las cercanas elecciones? El peligro del
terrorismo islámico en países europeos ya se conocía, por desgracia, en este país que
sufrió duramente sus consecuencias. En su momento se aumento la vigilancia para
evitar que actos de violencia terrorista se repitiesen. Desde luego, hay que
evitarlo pero también cortar la raíz, el adoctrinamiento, y por tanto, mejorar
la situación de las personas que, por falta de educación o por vivir en una
situación desesperada en la que no tienen nada que perder, se lanzan a una
llamada Guerra Santa que es la burda excusa de unos locos asesinos.
El pacto antiterrorista
PP-PSOE ha sido una escenificación para salir en la foto y en los noticiarios.
El PP se quiere mostrar así como garante de seguridad, el PSOE como partido
capaz de sacrificar sus diferencias por el bien común. Personalmente, creo que
ha sido un esperpento ridículo. El PSOE entra de lleno en un doble juego en el
que ha estado girando a la izquierda para recuperar votos de los decepcionados,
al tiempo que busca mostrarse como una fuerza estable ante la imagen más
revolucionaria de Podemos. En esta bifurcación en busca del voto perdido hace
algo tan absurdo como firmar un pacto y a continuación afirmar que derogarían
cualquier propuesta de cadena perpetua revisable si gobiernan. He leído el
acuerdo y todo parece razonable salvo precisamente el primer punto. Se define de
manera tan vaga lo que se va a considerar terrorismo que, en interés de la
seguridad público (o atemorizando con cualquier amenaza), se pueden considerar
muchas acciones como terrorismo. Ese apartado uno huele realmente a represión y tal
vez por eso en la conseguida foto se ve sonreír triunfalmente al representante
del PP mientras le flanquea el del PSOE con sonrisa de circunstancias.
En definitiva, una
nueva muestra del populismo que tanto le gusta echar en cara el PP a Podemos.
¿Serán capaces de considerar a esta formación, que han demonizado, como una
amenaza y considerar sus manifestaciones como peligro terrorista? Sinceramente,
esté de acuerdo o no con lo que diga Podemos, me parece antidemocrático
utilizar el miedo y echarse las manos a la cabeza imaginando una victoria de
este partido como único argumento en su contra. Ya podía el PP en su búsqueda
de pactos haber intentado un acuerdo en materia educativa que tal vez sea más
urgente para nuestro futuro que amenazas apocalípticas.