viernes, 22 de noviembre de 2013

Los listos

El mundo es para los listos. Esta frase la hemos oído a menudo. Desde un punto positivo puede ser un incentivo para despertar, para avivar nuestra inteligencia y ambición de vivir y progresar.  Ser avispado, vivo, ingenioso, pillo puede parecer algo acertado. Incluso si las acciones cometidas son moralmente reprobables, el espíritu del pícaro español tantos siglos ensalzado los cubre de una impunidad simpática. Pero claro, esto no es más que un elogio al egoísmo. Porque el pillo puede aprovechar una situación en un momento determinado pero si pasa a ser costumbre estamos ante  una forma de vivir individualista y apartada de la sociedad. No pretendo estigmatizar al que se cuela en el supermercado, se escaquea en el pago del fondo común o se escapa del trabajo en cuanto puede pero cuando este modo de actuar se convierte en un modo de vida, en una explotación de la mayoría de la sociedad, tenemos otros tipos de listos.
Hay numerosos casos de gente que ha tomado la frase inicial como lema vital y tenemos listos que más bien son aprovechados, sinvergüenzas, gente sin escrúpulos, mangantes, explotadores, interesados o simplemente caraduras. Me refiero, por  ejemplo, a aquellos que sacan su dinero a otros países para no pagar impuestos, a aquellos banqueros que sabiendo que unas personas mayores iban a perder los ahorros de una vida les embaucaron para vender productos financieros que eran una ruina, a aquellas grandes compañías que presionan a los gobiernos con el poder de su capital y logran legislaciones totalmente ventajosas para ellos e injustas para los ciudadanos, a aquellos países que vendieron el sueño de una Europa común cuando lo que querían un mercado con consumidores y mano de obra barata libre de aranceles, a aquellos que manipulan la información de los medios de comunicación públicos para desinformar y promocionar sus políticas por encima de la verdad objetiva y el servicio al ciudadano.
Sí, lamentablemente hay más ejemplos y muchos de rabiosa actualidad porque de manera repetida durante cada día de estos años de crisis se ha creado la situación ideal para muchos de estos listos que cual carroñeros aprovechan la situación para manejar a las masa desesperada. Así, un gobierno aprovecha la necesidad de ahorro económico para recortar servicios públicos fundamentales como sanidad y educación para beneficio de personas privadas, para acabar de un plumazo con derechos obtenidos por los trabajadores tras décadas de lucha social, para limitar el derecho a la protesta mediante leyes retrógradas con el cobarde argumento de mantener el orden entre las gentes de bien (siempre me ha intrigado a quiénes se refieren en esos casos), para preparar en definitiva un mundo mejor para unos pocos, limitar el estado de bienestar de los ciudadanos y controlar y vapulear cualquier protesta o revuelta ante tamaña injusticia.
 Los listos no han tenido escrúpulos en ningún estamento, más allá de alcaldes corruptos, sindicalistas ladrones, duques estafadores asistimos estupefactos, y yo personalmente horrorizado, a la falta de castigo a todas estas acciones. A una justicia que se muestra cada vez menos universal y claramente desigual. Porque los listos juegan bien sus cartas y, ya sea por una legislación injusta, por unos trucos dilatorios y tramposos de abogados  vendidos o por unos jueces y unos fiscales bajo coacciones interesadas y presiones de los poderosos, salen impunes.

Si somos tolerantes ante todas estas argucias, si nos limitamos a decir ante los casos de nepotismo y apropiación indebida del dinero público el “yo haría lo mismo”, nos abocamos a una sociedad injusta, egoísta e insolidaria, es decir, una sociedad sin futuro. Le damos todo el poder y abrimos las puertas a todos estos listos, y si ellos van de listos nosotros quedamos como………. eso. En definitiva, tenemos una sociedad que pierde cada vez más en manos de unos pocos y es hora de que como mínimo denunciemos a todos los que se están pasando de listos.

1 comentario:

  1. Estas últimas semanas hemos debatido temas relacionados en clase. Respuestas de lo más desalentadoras: "Uno sólo no puede cambiar la sociedad", "si todos lo hacen, yo también""Si tienes la oportunidad de hacerlo, por qué no...": en fin, yo siempre acabo diciendo lo mismo. Si nosotros creamos (España) el género de la picaresca, por algo será...

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