miércoles, 1 de mayo de 2013

La lucha continúa


Hoy, primero de mayo, se conmemora la lucha de los trabajadores por sus derechos que se simbolizó en una huelga que acabó con la dispersión de los trabajadores a disparos y posteriores condenas a muerte para algunos de sus promotores. Aquella huelga protestaba por el derecho del trabajador a disponer de ocho horas para trabajar, ocho para dormir y ocho para la casa. Algo tan fundamental en la actualidad costó muchas vidas y no deberíamos olvidarlo. Más si cabe hoy en día, en que otro derecho, el del trabajo, que se encuentra registrado en el artículo 35 de la Constitución Española, no puede ser ejercido por millones de españoles.
Esta situación dramática en muchos hogares no encuentra una respuesta efectiva por parte de los poderes públicos. Se habla de la crisis pero no de culpables ni de causas claras, pero sí se observa de manera cristalina quiénes han sido perjudicados: los trabajadores. Muchos pierden sus empleos, la  gran mayoría sufre recortes en sus salarios, en la calidad de los servicios públicos básicos y todos padecen la subida de impuestos. Las decisiones abusivas que se han tomado en su contra, alentadas por los organismos gestores de la economía mundial, están minando los derechos y la calidad de vida del trabajador. 
Desde estos organismos, se habló con ligereza e incluso con una cierta euforia del fenómeno de globalización, tal vez por su sentido de unión de la humanidad. Ahora vemos que la humanidad no está unida, que hay grandes diferencias, que no todo son beneficios sino también hay pérdidas. Una de esas diferencias está en ese derecho fundamental que costó aquellas vidas en el siglo XIX y que se conmemoran hoy. Esas ocho horas de jornada diaria laboral no se han conseguido en todo el mundo. Destaca el caso de ese país emergente, llamado por muchos economistas a ser la potencia mundial del futuro: China. Con sus jornadas laborales mucho más largas se les ha permitido entrar en el juego del capitalismo, basado, en un principio, en la oferta y la demanda, en la libre competencia, pero si hacemos un símil con el deporte, en toda competición todos han de jugar con las mismas reglas y esto no se ha cumplido en este caso.
¿Han de ser las nuevas reglas las impuestas desde China?¿Hemos de retroceder más de 100 años y perder la jornada laboral de 8 horas? Cuidado, no soy agorero, ya hubo intentos de variar esto en la Unión Europea tras el estallido de la crisis en 2008. Por eso la lucha continúa, por esta razón los trabajadores han de estar unidos y protestar, luchar e intentar acabar con los abusos y obtener unos derechos que permitan una vida libre y digna sin la explotación por parte de los privilegiados.
En uno de los muchos círculos viciosos que encontramos en la historia, hoy merecen un recuerdo especial las víctimas del derrumbe del edificio que alojaba fábricas de textil en Bangladesh hace una semana. Trabajadores que realizan su labor en condiciones muy deficitarias para la dignidad humana. Como también las sufrían en ese mismo país las decenas de víctimas en un incendio de una fábrica también de textil hace unos meses. Todavía queda mucho camino por andar, aún quedan muchos derechos por reclamar. El pasado reciente cierra un círculo con el de hace casi exactamente un siglo, cuando unas trabajadoras de una fábrica de camisas en Nueva York murieron en un incendio, con las puertas de la fábrica cerradas para evitar protestas de los movimientos obreros. Este hecho se conmemora todos los días de la mujer trabajadora, actualmente día de la mujer, porque, en otro frente abierto, hoy es el día del trabajador sin distinción de sexos y se exigen unos derechos para todos los trabajadores.
Por esta multitud de injusticias, atropellos y abusos, queda un camino por andar para romper estos círculos perversos y poder vivir como seres humanos con dignidad. La lucha continúa. 

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