domingo, 17 de mayo de 2015

Circo electoral

Con bastante probabilidad, cuando se pregunta a la gente sobre las cualidades que ha de tener un presidente, entre  las respuestas seguro que estarán capacidad de liderazgo, resolución, sacrificio por la mayoría, honestidad, inteligencia, empatía, responsabilidad. Si comparásemos esa imagen ideal con presidentes autonómicos, alcaldes y el propio Presidente del Gobierno, nos daríamos cuenta inmediatamente de cuán lejos estamos de esa idoneidad. Sin embargo, los más doloroso es que durante la cansina campaña electoral, los candidatos ni si quiera se molestan en transmitir esas cualidades ideales. En ese circo que es que la campaña, se trata principalmente de parecer simpático y criticar al rival. En el camino, promesas que en muchos casos son exageradas y en otros tan poco concretas que cualquiera podría hacerlas.

Las cualidades que transmiten: poco o ningún sentido del ridículo, una capacidad infinita de mantener el tipo ante las críticas e incluso sonreír a la adversidad, describir un futuro idílico sin tener en cuenta en modo alguno los hechos del pasado. Así pues, no tienen problema en utilizar la campaña para montar en bici cual estudiantes en vacaciones veraniegas en el pueblo, sacar el perro a pasear (aunque sea esos días, para el resto “las grandes ocupaciones” lo impiden), firmar fotos como estrellas de Hollywood, decretar ayudas negadas durante todo el mandato, etc. ¿Es tan limitada nuestra memoria que quince días de pan y circo van a decidir nuestro voto frente a cuatro años en los que las propuestas se han convertido en realidades opuestas o en muchos casos promesas llevadas por el viento? Es posible que sí, tan limitada la memoria como ilimitada la estupidez humana.

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