miércoles, 15 de enero de 2014

Halagos interesados

Estados Unidos es un país de contrastes. Allí se encuentran algunas de las mayores fortunas del mundo mientras que miles de personas viven en la indigencia. En esa nación la prensa ha sido capaz de destapar enormes escándalos y ha podido criticar con libertad las decisiones de sus gobernantes mientras que existe la información reservada y la imposición de silencio a los medios en asuntos de seguridad nacional. En ese estado se muestra que personas de las más diversas razas y procedencias pueden convivir mientras que también existen, desafortunadamente, fanáticos religiosos que esgrimiendo la Biblia censuran cualquier comportamiento fuera de su moral particular. En ese país existen posiblemente algunas de las mejores clínicas del planeta (no son pocos los ejemplos de famosos adinerados que se dirigen allí a curar enfermedades como el cáncer) y sin embargo, gran parte de su población tiene dificultades en tener una cobertura médica considerada básica en el mundo desarrollado. Hacia este país ha viajado el Presidente de España para afianzar las relaciones entre países aliados y al parecer, recibir una dosis de  halagos y palmadas en la espalda.
No podía ser de otra manera. El líder del país que fue adalid de la lucha del Capitalismo contra el Comunismo en el siglo XX, la Guerra Fría, no puede sino apoyar todas las medidas tomadas por el presente Gobierno. A ese país no le preocupan los desahucios, la pérdida de calidad en la sanidad y en educación motivada por unos recortes en servicios básicos ni, realmente, el futuro de los ciudadanos de España ni  el presente del elevado número de desempleados. Les interesa que España pague como país la deuda emitida y se congratula de poder invertir en un país con mano de obra cualificada a precio de saldo. Las medidas tomadas por el Gobierno si parecen haber mejorado la situación de la deuda y han conseguido que las implacables agencias de calificación de riesgo frenen la caída en la valoración de España pero, por ejemplo, el número de desempleados sigue siendo enorme y la calidad de los servicios públicos básicos se ha visto gravemente mermada mientras aumenta la presión fiscal sobre los ciudadanos. Por eso no entiendo la euforia que se quiere generar con la frase que se refiere al “gran liderazgo” de nuestro presidente. No puedo evitar que me deje un regusto a condescendencia con el pariente pobre. Tampoco puedo evitar cierta indignación cuando el Sr. Rajoy en un momento de auténtica táctica de comercial dijera en presencia de empresarios estadounidenses que en España se ha conseguido “el eje de una economía pujante, sana y duradera”. Eso es ya vender mucho humo y si algo me queda claro que será duradero es el peaje que habremos de pagar durante años en forma de impuestos para abonar toda la deuda acumulada y la pérdida de derechos que costaron a los trabajadores muchos años y disputas. Es más, todo este espectáculo en que se ha convertido la gira americana me hace incluso sospechar que es una nueva maniobra de la maquinaria propagandística. La promoción de los grandes logros, desde el exterior, como siempre hace nuestro presidente, evitando ruedas de prensa en España por si se le ocurre a alguien hacer una pregunta espinosa y procurando transmitir su propia visión de la realidad como hará el próximo martes en una cadena de televisión privada estatal de ideología afín (aunque no tan devota como otras, sí la del toro, para que no se note tanto).
Ante este panorama y comparando nuestro país con Estados Unidos,  cómo me gustaría que dispusiéramos de sus enormes recursos económicos, su capacidad de lucha y ambición, su sentimiento de defensa de las libertades. Sin embargo cada vez noto más parecidos en nuestro país con esa oscura cara del Capitalismo, la gran diferencia de sueldos entre los poderosos y el ciudadano común, la exclusividad de una sanidad de calidad para unos pocos, la desinformación interesada a los ciudadanos unida al entorpecimiento del trabajo de los periodistas díscolos (incluso de los jueces no afines, aquí sin lugar a dudas superamos a la nación líder del mundo occidental). Además, no me extrañaría que acabaran censurando críticas como la de este blog, tal vez incluyan algún artículo en referencia a esto en su represiva ley de seguridad. No deben descuidar frentes y si no se puede controlar hay que desinformar como en el reciente caso de Burgos. Se quiso minimizar el impacto de la protesta vecinal acusando a supuestos agentes externos mientras el Alcalde de la ciudad se quejó de la tiranía de unos pocos ante la gran mayoría democrática que lo eligió. Demagogia elevada a un alto exponente. Tal vez, el Sr. Rajoy también se refiera a esa mayoría que, según él, entienden sus reformas. Esa mayoría que le eligió democráticamente con un programa que proclamaba la bajada de impuestos, que luego se subieron, o el final de la crisis, que de momento se ha traducido en un millón más de parados. Pero reconozcamos que parte del programa se está cumpliendo como la retrógrada ley del aborto que se quiere aprobar.

La guinda ha sido la felicitación de la Sra. Lagarde, directora del FMI, por las medidas tomadas en España. Que felicite la directora de un organismo cuyos predecesores fueron Rodrigo Rato y  Dominique Strauss-Kahn me causa como mínimo preocupación. Aunque verdadero terror me  incita la realidad de este organismo que a pesar de lo que digan sus estatutos se preocupa principalmente de que los países paguen su deuda, independientemente de la calidad de vida de sus ciudadanos. Sí, a Estados Unidos le encantan las medidas tomadas, permiten que el dinero siga fluyendo ¿en qué dirección?

No hay comentarios:

Publicar un comentario