martes, 28 de enero de 2014

Mayoría sublevada

Un sistema democrático se supone que es aquel en el que la gente libremente puede elegir a sus gobernantes. En estas circunstancias el poder lo detenta el partido que obtiene la mayoría de los votos. Sin embargo, si esa mayoría se obtuvo con una serie de promesas que luego no se han cumplido, es más, si el Gobierno lleva a cabo medidas totalmente opuestas a las sugeridas (voy a ser más concreto, por ejemplo, los impuestos en España que se iban a bajar y se han subido y mucho), entonces, pierde legitimidad. Si la gente en el poder desoye al pueblo y se escuda en una mayoría obtenida en las urnas, pierden el apoyo y sobre todo la confianza. Lógicamente los ciudadanos se sienten estafados y engañados y, si su situación es precaria, el enfado puede tomar magnitudes peligrosas. La solución puede ser represiva, acallar las voces discordantes mediante la policía o cambios legislativos. A corto plazo se acabará con el problema pero será el germen de algo más grave que la protesta: la sublevación.
Esto se ha podido observar en Ucrania, donde los repetidos ruegos de sus habitantes han sido desoídos por el gobierno que ha defendido intereses personales o ideales propios que nos son compartidos por la mayoría (incluida una mayoría que en su momento confió en ellos durante unas elecciones). Este ejemplo de población civil sublevada y violentos disturbios debería servir de lección para otros países, como España. A parte de la fundamentada protesta de los trabajadores de la Sanidad Pública (ellos conocían mejor que nadie el peligro de la gestión privada al conocer el día a día del trabajo en Sanidad), en muchos otros ámbitos las protestan se multiplican y parece que la solución es una nueva ley de seguridad ciudadana que incluye el endurecimiento de las sanciones en las protestas en la calle. Tal vez debería tener más cuidado el Gobierno a la hora de elegir sus soluciones y ser fiel a un espíritu democrático, escuchar las protestas de los ciudadanos y preocuparse por la verdadera mayoría.

Sólo un apunte más ¿era tan urgente bajar el IVA en las transacciones de obras de arte mientras que durante meses se ha ignorado las peticiones del gremio del cine? Seguro que la mayoría no dispone de dinero suficiente para poder hacerse con obras de arte pero sí de disfrutar del cine. ¿Se gobierna en nombre de la mayoría pero para una minoría? Recuerdo, observemos otros países u otras épocas, así salta la chispa que provoca la sublevación.

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